lunes, 8 de febrero de 2010

PARA UN FUTURO


En un futuro -cuyos signos ya podemos ver a diario- el Hombre se encontrará con decisiones y situaciones de las cuales hacerse cargo, y para las cuales deberá estar preparado. Es indudable que la Madre Naturaleza está continuamente queriendo restablecer el equilibrio, pero la pregunta es: ¿estamos nosotros preparados? ¿Está el Hombre preparado para el cambio o se seguirá aferrando a una vida que está destinada sólo a la muerte? Es pura decisión nuestra.

El clima de nuestro mundo está cambiando. Esto no quiere decir necesariamente que el mundo se acabe -como muchos fanaticos del calendario maya predicen-, sino que frente a esta realidad, el Hombre, el Ser Racional, debe tomar la más grande decisión que hubiera podido tomar: continuar su existencia en un futuro, o no. El Hombre deberá entender que sólo cambiando, sólo abrazando el devenir de su ser, es como logrará sobrevivir, seguir existiendo en este mundo.

Cuando lleguen esos momentos límites, en los cuales la destrucción, la desesperación y la violencia lleguen a su punto máximo, surgirá tanto lo mejor del hombre como también lo malo. Y no es como dicen muchos de que cuando de sobrevivir se trata no hay mal ni bien; sino que por tratarse de un ser racional, lo bueno consistirá en hacer sobrevivir a otros, y lo malo no hacerlo sino prevalecer uno mismo.

El problema está en que en esos momentos nadie tendrá en cuenta una moral como regla; en esos momentos sólo el que tenga ya su ser moldeado moralmente responderá moralmente. La pregunta es: ¿estamos moldeados moralmente, o sólo obedecemos porque debemos? ¿y si obramos moralmente porque debemos, donde está nuestra libertad? ¿acaso no seremos entonces esclavos de nuestras pasiones y necesidades, tanto como de condicionantes externos? ¿Acaso ese actuar "irracional" no es otra cosa que la manifestación de un espíritu esclavo del destino?
Para sobrevivir hace falta más que instinto; hace falta una razón. Hace falta el sentido, hace falta lo moral, que constituye el bien para el Hombre.

Lamentablemente, pocos se darán cuenta de esto, y por ello las consecuencias de acciones egoístas de unos pocos podrán determinar el destino de la humanidad entera. La única manera de que no suceda esto es ayudarnos unos a otros y afrontar nuestro destino juntos, y por ello, a su vez, eligiéndolo, conformándolo, dándole su Ser. Es por sobre todas las dicotomías y diferencias que el hombre debe elevarse y comenzar a pensar como una unidad. Cuando de sobrevivir se trata, no sólo soy yo, individuo, que quiere salvarse, sino la Humanidad, y para ello tengo que comenzar a actuar para mí, tanto como para mi especie. Y yo sé que esto ahora es rídiculo pensarlo, porque hoy en día el hombre se volvió su propio enemigo y los interes particulares casi siempre pueden más que los universales -sobre todo los intereses particulares económicos, como podrá verse cuando los más pudientes tengan más chances de salvarse que los que no tienen nada-. Pero cuando el hombre se enfrente a "su parca", a aquel momento de posible extinción, es allí cuando deberá entender que su interés particular no era nada, que su interés particular tiene sentido dentro del universal, dentro de la supervivencia de la raza, de la especie.

Pero como dije antes, de esto pocos harán conciencia seguramente. Y por ello debemos estar preparados y hacer conciencia, y hacer que la gente tome conciencia, y que los grandes poderes tomen conciencia, para así no afrontar la extinción sino vivir una superación de nuestra especie, donde la moralidad universal será lo dominante.


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